Mallorca es desde el jueves el primer puerto de este año del USS Mason DDG 87, destructor de la marina de guerra de Estados Unidos, con base en Norfolk, en Virginia, en el que conviven cerca de 300 personas. Está previsto que hoy salga hacia un nuevo destino, desconocido por motivos de seguridad.
Antes, sin embargo, 25 marinos del barco, de entre 20 y 30 años, se ofrecieron voluntarios para realizar tareas de pintura y limpieza en el museo de Fra Juníper Serra y la iglesia de Sant Pere de Petra desde primera hora de ayer.
Los navies trabajaron durante la jornada: rascaron y repintaron 19 persianas del espacio dedicado al pare Serra, así como las barreras de hierro de la entrada y las vigas de la porxada. En la iglesia, limpiaron el campanario y las capillas exteriores.
Una de las marineras, Heidy Jiménez, comentó que «es una tarea que hacemos voluntariamente para quien fundó las misiones». Jiménez se incorporó en el Mason a partir de los atentados del 11 de septiembre.
Ayuda
Por su parte, el presidente de la Associació d'Amics de Fra Juníper Serra, Tummy Bestard, destacó que «durante los últimos 40 años todos los pueblos de Mallorca, como Alaró, Pollença, Llucmajor o Inca, han recibido ayuda de los marinos americanos». «Faltaba Petra y era una promesa que hice al museo y he cumplido», aseveró Bestard.
La comitiva del Mason, encabezada por el capitán Robinson, el jefe Kemp y el comandante Briggs, acompañados de la cónsul de Estados Unidos en Balears, Amy Christiansen, y la alcaldesa de Petra, Caterina Mas, asistieron al acto institucional. Bestard destacó que «días como éste sirven para crear amistad hispano-americana».
El capitán Robinson señaló «el honor» de conocer las raíces y el pueblo «del hombre que nos regaló las misiones». El museo de Petra quiso obsequiar al capitán con una placa del pare Serra, un libro de Petra y los típicos siurells. Los marinos regalaron a la alcaldesa y al pare Joan las insignias estrellas identificativas que luce el capitán en la solapa de su indumentaria de la Navy.