Lo tradicional está de moda. Miles de personas visitaron ayer pese a la lluvia la tradicional feria agrícola y ganadera de Caimari, una feria relativamente reciente, dedicada a la oliva, que ha sabido consolidarse en el panorama de ferias de la Isla, convirtiéndose en un punto de referencia para los que buscan el sabor de antaño.
El público visitante de la Fira de l'Oliva en Caimari se repartió este año más que de costumbre entre el sábado y el domingo, minimizando las aglomeraciones de otras ediciones, lo que no evitó atascos importantes en los accesos al núcleo en hora punta. A las once y media de la mañana, la caravana de vehículos llegaba ya al núcleo de Selva.
La de Caimari es sin duda una feria con personalidad propia en la que el mundo de la payesía carga con la mayor parte del peso. Muestras en vivo de ordeñado de ovejas, elaboración artesanal de quesos, elaboración de aceite con una prensa tradicional...
El programa de la feria se reinventa cada año con la implicación de todos los vecinos de la pedanía que, en esta ocasión, elaboraron el tradicional pan de higos para gusto del público. Los payeses quisieron dedicar la Fira a Jaume Verano, fallecido hace dos meses.