Pese a que Binissalem es uno de los pueblos que dispone de uno de los patrimonios históricos más ricos, no cesa en su empeño por descubrir parte de su pasado más olvidado. Desde hace dos semanas el Grup d'Amics en Defensa del Medi Ambient (GADMA), con la colaboración del Ajuntament de Binissalem, realiza diferentes tareas de limpieza y adecuación de la zona conocida como el Pou Poal, un pozo muy singular, ya que es de tipo cigüeñal (típico de Egipto y la India) que se cree que es único en las Islas y se sospecha pertenece a la época islámica.
De hecho, la zona del Pou Poal está situada dentro del primer núcleo urbano que tuvo Binissalem, conocido como Robines.
Pasado
«La única manera de descubrir quienes somos es saber nuestro pasado y ya ha llegado la hora de recuperar el Pou Poal con una acción que sea digna y definitiva» explica Bernat Fiol, portavoz de GADMA.
Por ello, tras finalizar la limpieza de la zona se realizarán tres catas arqueológicas para conocer con exactitud las dimensiones adel conjunto, y para saber hasta dónde llega el empedrado que rodea el pozo. «Con estas catas se sacará a la luz mucha información que hasta ahora permanecía escondida, como la fecha exacta en la que el pozo fue creado y si la calzada que rodea el pozo es de época romana», asegura Ferràn Tarongí, arqueólogo de Binissalem. Posteriormente se redactará un proyecto y se procederá a la restauración de la zona.
En el olvido
Pero la situación del Pou Poal es complicada. Ahora hace más de cien años que, con la creación de la línea ferroviaria de Binissalem, se condenó su entrada y durante muchos años ha permanecido olvidado. La falta de mantenimiento por parte de la Administración y el incivismo, convirtieron la zona en un gran matorral donde era imposible saber qué se escondía. A pesar que no se sabe exactamente la fecha, desaparecieron tres fregaderos de piedra de Binissalem.
Desde el Ajuntament de Binissalem aseveran que la restauración del Pou Poal «es una reivindicación histórica del municipio y tiene que quedar para siempre».