La construcción de grandes infraestructuras sociales, culturales y económicas en Pollença ha sido durante años una de las principales asignaturas pendientes en un municipio que quedaba poco a poco a la cola de sus vecinos alcudiencs.
El alcalde, Joan Cerdà (UM), accedió hace ahora ocho años a las promesas del entonces president del Govern de les Illes Balears, Jaume Matas, para construir las esperadas infraestructuras en Pollença a cambio de que Bartomeu Cifre, fuera elegido el primer alcalde del PP en el municipio. Ocho años después aquellas grandes infraestructuras y otras iniciadas tras el pacto UM-PSOE en 2007, comienzan a estar listas, con el PP ya en la oposición, e inmersos en una situación de crisis global que amenaza ahora con dejarlas vacías.
El Ajuntament de Pollença ha renunciado a abrir la nueva escuela pública infantil de 0 a 3 años, la primera que gestiona el Ajuntament en el municipio, por falta de recursos económicos. Inmersos en plena crisis, solo siete personas habían solicitado plaza en las nuevas instalaciones el pasado septiembre de modo que el Ajuntament ha aparcado la inauguración al menos hasta principios de año, momento en el que revaluará la posibilidad de abrir la escuela.
Residencia
Será precisamente en enero de 2011 cuando termine de construirse también la nueva residencia de ancianos de Port de Pollença. Durante años, la pequeña residencia municipal, situada en el antiguo convento de Sant Domingo en Pollença, evidenciaba la necesidad de construir una infraestructura de similares características en el Moll que permitiera de una parte ampliar la oferta y de otra, acabar con los problemas que ocasionaban las barreras arquitectónicas del convento para los residentes que accedían al centro cuando eran personas válidas pero cuya movilidad se iba deteriorando a medida que iban envejeciendo sin posibilidad de satisfacer sus necesidades cuando pasaban a ser personas asistidas.
Inmersos en plena crisis, la lista de espera en la residencia se ha esfumado e incluso por primera vez existen plazas vacantes. El Ajuntament de Pollença negocia ahora con el Govern balear la posibilidad de cerrar la residencia municipal y que la nueva residencia comarcal del Moll absorba a partir de enero a sus usuarios, zanjando así un importante problema económico para el Ajuntament que dedica más de 700 mil euros anuales que pone en graves aprietos al Ajuntament.
La nueva residencia comarcal del Port de Pollença tiene capacidad para 120 usuarios mientras que la municipal dispone de 36 plazas, varias de ellas vacantes desde hace meses. La situación del centro de día es bien parecida. El centro de día municipal de Pollença lleva varios meses acabado pero la falta de fondos para adquirir el mobiliario y equipar sus cocinas frenan por el momento la puesta en marcha del servicio.
Hace meses que el Ajuntament optó por prestar el servicio dentro de las dependencias de la residencia municipal en los casos más urgentes de ancianos que no pueden beneficiarse del servicio que ofrece también Afama en el pueblo.