Un espectáculo ecuestre de primer nivel y un jaleo con quince caballos menorquines sirvieron para celebrar, por todo lo alto, los primeros cien años de existencia de la plaza de toros de Inca.
El acto, organizado por el presidente del Museu Cultural Taurí, Bartomeu Llobera tuvo lugar anoche y la asistencia de público rompió todas las previsiones en un festejo en el que los toros cedieron protagonismo a los equinos.
Media hora antes del inicio de la fiesta la cola ya daba la vuelta al recinto. Familias completas con niños siguieron al detalle la evolución de los caballos menorquines desde su nacimiento hasta que son capaces de participar en las fiestas.