Algarrobas y agua. Con esos dos ingredientes y, sobretodo, con muchas ganas de divertirse, algo más de doscientos jóvenes de Costitx protagonizaron ayer la primera Garrovada , una fiesta cuyo acto principal es una batalla en la que algarrobas y agua se sirven de munición.
El acontecimiento comenzó hacia las once de la mañana. Los participantes se concentraron en la plaza del Jardí, frente a la iglesia, para ir juntos hasta un campo de algarrobos cercano al pueblo. Una vez allí, y tal y como habían pactado con el propietario de la finca, los jóvenes cosecharon las algarrobas (una veintena de sacos) que después transportaron de nuevo, y con la ayuda de un carro tirado por una mula, hacia la plaza.
Al acabar de comer, y con la euforia que proporcionan un par de copas de vino, los jóvenes decidieron no esperar a que se diera el pistoletazo de salida oficial a la batalla: rajaron los sacos y comenzaron a lanzarse vainas. A parte de los veinte sacos cosechados por la mañana, los organizadores habían dispuesto también otras dos toneladas de algarroba triturada. La fiesta finalizó a media tarde y con los participantes literalmente empapados de algarrobas, de su jugo y de agua.
Alta participación
La Garrovada es la principal novedad de las fiestas patronales de Costitx de este año, unas fiestas que se prolongarán hasta el próximo jueves. Teniendo en cuenta que la población de Costitx apenas alcanza el millar de habitantes, que más de 200 jóvenes participasen en la Garrovada de ayer es un éxito. Por su parte, las fiestas de la Mare de Déu continúan hoy con la segunda edición de la Olimpíada Pagesa (19.00 horas), donde los concursantes exhibirán sus habilidades en las pruebas de lanzamiento de piezas de carro y de salto sobre balas de paja, y con una verbena en la que actuará Tomeu Penya (00.30 horas). Los principales actos previstos para el miércoles, festividad de la Mare de Déu, son las corregudes de joies y las carreras de sacos de almendras (ambas a las 17.00 horas). El jueves tendrá lugar la Festa dels Padrins (18.00 horas) y el ya tradicional sopar a la fresca . Pasada la medianoche, una gran traca pondrá fin a las fiestas.
Con la fiesta celebrada ayer, Costitx se suma a la lista de municipios mallorquines que incluyen en sus celebraciones un acto en que se invita a los jóvenes a lanzarse algún producto relativamente típico de la localidad, siguiendo la estela de la conocida fiesta de la Tomatina de Buñol. Es el caso, por ejemplo, de Vilafranca con la Festa Bruta -que se celebró el pasado sábado-; de Binissalem con su batalla de uva; de Petra con la Festa de les Clovelles o del Embala't de Sencelles, donde la paja es la munición.