Los 21 trabajadores de la empresa de calzado Kollflex volverán a sus puestos de trabajo el próximo 16 de agosto, pese a las advertencias lanzadas por la propiedad que apuntan al cierre inminente de la fábrica.
Los trabajadores de la conocida fábrica de calzado de Selva, comenzaron sus vacaciones el pasado 28 de julio y sólo media hora antes del cierre los propietarios de Kollflex advirtieron a los empleados de que el 16 de agosto, fecha de finalización de sus vacaciones, no deben reincorporarse a sus puestos de trabajo ya que les entregarán un documento para alargar sus vacaciones pagadas.
El anuncio de la empresa despertó el pánico entre los empleados que ya venían sospechando un cierre inminente de las instalaciones. Fuentes sindicales de CC OO han informado de que «no se ha hecho el muestrario para la próxima temporada y eso ha provocado que cunda el pánico». Las mismas fuentes apuntaron también ayer que se ha podido iniciar un procedimiento concursal entre el 23 y el 26 de julio aunque esta es una cuestión de la que solo tienen conocimiento verbal y que no ha podido ser comprobada hasta ahora.
Asamblea
Reunidos por primera vez en asamblea en la sede de CCOO de Inca, los trabajadores de Kollflex acordaron ayer volver a sus puestos de trabajo puntualmente el 16 de agosto a las 7,30 horas. Si para entonces no han recibido ningún documento oficial de prolongación de las vacaciones o de despido, se plantean presentar denuncia ante la Guardia Civil y la inspección de trabajo en el caso de encontrar las puertas de la fábrica cerradas.
Las veintiuna familias afectadas por el inminente cierre de Kollflex muestran además su preocupación por el hecho de no haber cobrado todavía la nómina correspondiente al mes de julio. «Habitualmente cobrábamos el último día de mes y aún no hemos cobrado la nómina, aunque legalmente se pueden retrasar hasta el día 5», explicó ayer uno de los trabajadores.
Los empleados de Kollflex no descartan iniciar movilizaciones en el caso de que la empresa no les entregue toda la documentación necesaria para formalizar su situación laboral. «Así no podemos seguir, sin paro y sin trabajo, sin cobrar», explicaba ayer uno de los afectados.
Denuncian además que investigarán si la empresa tienen algún interés «oculto» en mantener operativa toda la comercialización de la marca y sacar la fabricación al extranjero con el objetivo de abaratar costes.
Varios trabajadores criticaban ayer que «a diferencia de la fábrica todos los comercios siguen abiertos y siguen llegando turistas en autobuses». Los empleados critican que «la empresa ha obrado de mala fe porque lo que no puede hacer es avisar de que no tenemos que regresar de las vacaciones media hora antes de cerrar».
Críticas
La crisis en el sector del calzado no es nueva, pero la situación se ha venido agravando en el último año. Los empresarios del sector reivindican desde hace tiempo la temporalidad de la producción.