La tradicional 'amollada d'ànneres' de la Colònia de Sant Jordi se ha adaptado por completo a la nueva moda de lanzar patos de plástico al mar, en lugar de patos vivos como se hizo durante décadas. Hace cinco años que se tomó esta decisión, a raíz de las denuncias presentadas por las asociaciones protectoras de animales. Desde entonces la Colònia ha convertido esta tradicional fiesta, donde sólo participaban jóvenes nadadores, en una divertida actividad en la que puede participar toda la familia.
Lejos de la polémica que se vive en otras fiestas de formato similar, como el lanzamiento de patos en Can Picafort, los coloniers y toda la gente que quiso acercarse para participar en la fiesta de ayer, se conformaron con los premios que contenían los patos de goma. Quince billetes de cinco euros, cinco de diez euros, botellas de vino, melones y refrescos fueron los codiciados premios que consiguieron algunos de los participantes, después de luchar durante más de veinte minutos dentro del agua con toda la gente.
El alcalde de ses Salines, Bartomeu Lladonet, fue uno de los encargados de lanzar los patos de goma desde el barco. Al llegar a tierra, se mostró muy satisfecho por esta fiesta y quiso «agradecer personalmente la máxima participación de toda la gente de la Colonia de Sant Jordi en estas fiestas, porque sin ellos, estas fiestas no serían posibles».