La mayor parte de los escombros del derribo ejecutado por Costas en Can Ganxo, en Cala Tuent, están enterrados allí mismo. Así lo denuncia Mac Insular, concesionaria de la gestión de residuos de construcción y demolición en la Isla, que critica duramente el incumplimiento del Plan Director de Residuos que obliga a llevar a esta empresa los escombros como gestor único de este tipo de residuos. Enterrar los escombros está totalmente prohibido y podría ser motivo de delito medioambiental.
Mac Insular recibió solamente 11 toneladas de escombros procendentes de la demolición de Can Ganxo cuando, según unos parametros que barajan sobre edificabilidad y volumen, calculaba que llegarían entre 250 y 300. Para averiguar dónde habían ido a parar la cantidad restante, la concesionaria de este servicio contrató un despacho de detectives, quienes en su informe concluyen la presencia de restos de obra mezclados con tierra: «Inequívocamente, dichos restos proceden de obras de la demolición». Los detectives comprobaron el subsuelo de la superficie arenosa, «realizando diferentes excavaciones de aproximadamente ochenta centímetros de profundidad, comprobando que en todas las ocasiones aparecen restos de piedras encementadas, baldosas, etc», dice el informe.
Uso correcto
La denuncia de Mac Insular fue negada ayer tajantemente tanto por la Demarcación de Costas como por Tragsa, empresa que ejecutó la demolición. Celestí Alomar, jefe de la Demarcación de Costas de Balears, aseguró que «en ningún caso hay residuos enterrados». «Tragsa utilizó el marés inerte y triturado para rellenar los huecos como las fosas sépticas. El resto se lo llevó Mac y otra empresa. Se hizo una utilización correcta de los residuos desde el punto de vista medioambiental», afirmó Alomar, quien constató que el presupuesto inicial de 375.000 se redujo casi un en un 50% por la reutilización del material.
Antoni Garcias, delegado de Tragsa en Balears, también negó irregularidades en la retirada de los escombros de Can Ganxo. «Los residuos más peligrosos, uralitas y tuberías se los llevó la empresa ABH, otra parte se picó y se utilizó para la explanada y para rellenar espacios y el resto, la imprescindible, fue a Mac Insular. Esta empresa tiene los precios muy altos. Todos los residuos se seleccionaron allí».
Por parte del Consell, la consellera de Medi Ambient, Marilena Tugores, indicó que «si es verdad es grave, pero se tiene que constatar». En cualquier caso, el organismo insular no tiene capacidad inspectora ni sancionadora. La competencia es del Govern.