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Capdepera prohíbe la música a todo volumen y el botellón en Cala Agulla

Un policía impide a un turista ir a la playa con un gran radiocassette. | Assumpta Bassa

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El Ajuntament de Capdepera ha decidido hacer frente a la decadencia que se respira en algunas zonas costeras y ha puesto en marcha una serie de acciones para que Cala Rajada vuelva a ser un destino turístico de primera línea. Basta de radios a todo volumen en la playa, basta de animales que dejan su huella en la arena o de botellas de vidrio que se lanzan de manera indiscriminada con el peligro que ello comporta para los usuarios.
El Ajuntament de la localidad ha diseñado un plan de mejora y ha empezado por Cala Agulla, la playa por excelencia, la más visitada pero también la más castigada. Un cartel con una prohibición expresa lo deja claro: ni música, ni perros, ni vidrio. Y para que esta norma se cumpla y no quede todo en papel mojado se ha implantado un estricto control. Cala Agulla desde esta semana está vigilada por dos policías locales que controlan a diario las entradas a la playa.
Vigilancia
Así los agentes vigilan el cumplimiento de la normativa. Todo aquel que sea sospechoso será interrogado. Los que lleven neveras pueden ser requeridos por la autoridad para mostrar su contenido. «Si hay una botella de vidrio la hacemos dejar en los contenedores especializados que se han ubicado justo a la entrada. Algunos antes de tirarla se la beben de un trago», comentaban los agentes.
Otra de las prohibiciones es la de llevar radio cassettes. El tema de la música era un escándalo, sobre todo entre los turistas más jóvenes que creen que la playa es una discoteca libre de decibelios. Estos días se han podido ver usuarios de las playas con estos aparatos de música e incluso se han requisada algunos. «Cuando vemos a alguien con un cassette le explicamos la normativa, les decimos que no lo pueden bajar a la playa y en el supuesto de que no cumplan debemos confiscar el aparato».
Con este tipos de medidas se quiere hacer frente a una práctica que se había convertido en habitual sobre todo entre los más jóvenes. «Estos dos policías vigilan la playa a diferentes horas, por la mañana y al atardecer y hacen cumplir la normativa. Lo que queremos es mejorar la imagen del núcleo turístico», exponía el alcalde de Capdepera, Josep Gallego.
De esta manera han querido escuchar la voz de los vecinos, hoteleros, comerciantes que exigieron hace unas semanas una mejora del núcleo.
Otras medidas que se han iniciadas ha sido una campaña para luchar contra el botellón en Cala Rajada. Ya se han instalado carteles dónde se expresa la prohibición de beber alcohol en la vía pública en los lugares más comunes como por ejemplo, la plaza dels Pins o el paseo marítimo.

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