Enfermos, voluntarios, cuidadores, médicos y personal sanitario se desplazaron ayer hasta el santuario de Lluc con motivo de la ya tradicional 'Pujada del Malalt'. El encuentro lo organizó la Delegación de Pastoral de la Salud.
El obispo de Mallorca, monseñor Jesús Murgui, presidió una eucaristía que contó con la participación de los blauets. Murgui encorajó a los que cuidan de los enfermos a «darles amor y cariño, pues es mejor que cualquier otra medicina». Con el acto de ayer, la Delegación de Pastoral de la Salud calienta motores en vistas a la peregrinación a Lourdes, que tendrá lugar a finales junio.