El Ajuntament de Calvià ha reactivado en las últimas semanas, y a intenso ritmo, las obras de la piscina cubierta de Santa Ponça, justo cuando acaban de cumplirse tres años de la colocación de la primera piedra.
El 17 de abril de 2007, poco antes de las últimas elecciones municipales, el alcalde Carlos Delgado (PP) celebró la colocación de la primera piedra de una piscina cubierta que, según lo establecido, debía estar abierta al público en un plazo máximo de 12 meses.
Días después del acto preelectoral, el 21 de abril y mediante una inserción publicitaria en los principales medios escritos de la Isla, el Ajuntament de Calvià anunciaba a toda página el inicio de la «cuenta atrás para las piscina cubierta de Peguera y Santa Ponça».
La mencionada página publicitaria, conocida como 'Calvià al día' y dedicada a loar los logros de Delgado al frente del Consistorio calvianer, arrancaba su relato de la siguiente manera: «Dentro de un año, lo vecinos de Peguera y Santa Ponça podrán disfrutar de dos magníficas piscinas cubiertas con todas las comodidades para la práctica de la natación en cualquier temporada del año». El texto publicitario proseguía informando que «el lunes 16 de abril se colocó la primera piedra de la futura instalación de Peguera, mientras el día siguiente le tocó el turno a la Santa Ponça».
No obstante, tres años después, los vecinos -al menos los de Santa Ponça- no pueden disfrutar aún de la «magnífica piscina cubierta». Hoy la instalación deportiva es una estructura de acero, madera y cristal levantada sobre un solar todavía sin acondicionar.
Un solar, por otra parte, que parece no poder sacudirse la polémica de encima. La controversia sobre esta parcela se inició casi un año antes de la colocación de la citada primera piedra. En agosto de 2006 saltó a la luz pública que el Ajuntament había comprado por 456.000 euros una parcela de 8.741 metros a la empresa Terneza Asociados en Santa Ponça para construir en ella una piscina.
Hasta ahí nada que objetar, sino hubiese trascendido que Terneza Asociados estaba administrada por Anett Bernhardt Jensen, entonces compañera sentimental y socia de Morten Sondergaard Pedersen en la sociedad Hamilton Imperial SL, a quien el Consistorio acababa de adjudicar la explotación de la escuela de vela de Portals. Asimismo, tres años antes, Pedersen había participado en la campaña electoral que catapultó a Delgado a la Alcaldía.
Posteriormente, la polémica sobre la compra del solar sito en la avenida Nova Santa Ponça, lejos de apaciguarse, se recrudeció a finales de octubre de 2006 cuando el PSOE desveló que Delgado había pagado por el solar de la pareja de Pedersen el doble de lo que a ésta le había costado la misma parcela cuando en 2004 se la compró a la familia Nigorra.