Los operarios de la empresa que realiza las obras del túnel de Sóller ya trabajan contrarreloj en la colocación de un sistema de impermeabilización de la bóveda de la galería subterránea, con el objetivo de parar las numerosas filtraciones de agua que afectan unos 1.000 metros de túnel.
El responsable de la compañía concesionaria, Jordi Ferrer, ya ha descartado que sea posible reducir las horas diarias de cierre al tráfico debido a que este hecho supondría «alargar las obras hasta mediados del mes de agosto o más, una medida que todavía afectaría mucho más negativamente los usuarios habituales».
Intervención
Las actuaciones consisten en la colocación de una tela que posteriormente quedará integrada en el techo ocultando también sistemas de drenaje de agua. La maquinaria ocupa durante las 10 horas de cierre -8 de las cuales se dedican a los trabajos propiamente dichos- los dos carriles del túnel, un hecho que obligará a parar los trabajos en caso de emergencia grave, único caso que servirá para dejar paso a los vehículos implicados, siempre a través del servicio 112.
Mientras tanto, centenares de sollerics se han tenido que acostumbrar otra vez a pasar por el Coll de Sóller, una ruta alternativa que a partir de las 21.00 horas asume un tránsito continuo, pero fluido.
Jordi Ferrer asegura que «si los trabajos se pueden hacer a buen ritmo probablemente no se agote el plazo y se pueda restablecer el servicio antes de lo previsto».
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