Las calles de la ciudad se llenaron ayer de 'manacorins' y visitantes con ganas de cantar, felicitar a los Tonis y a las Tonines, y también con ganas de celebrar la fiesta más sentida del municipio. En realidad es hoy el día en que se celebra la festividad del patrón de los animales y de los agricultores, pero fue durante la tarde y la noche de ayer cuando Manacor se llenó de foguerons y de gente dispuesta a comer botifarrons, sobrassada y también para probar el sabor de todas las tradiciones que se vinculan a la fiesta más grande de Manacor.
Si la fiesta va a más cada año, en esta edición era una auténtica multitud la que esperaba ante el Ajuntament la llegada de la comitiva santantoniera con el baciner, Sant Antoni, los dimonis y los sonadors como protagonistas. Tras la repicada de campanas que indicó a todo el pueblo que la fiesta había empezado, los dimonis bailaron en diferentes lugares del pueblo hasta que llegó la hora de las Completes y de encender el primer fogueró.
Palmadas, gritos y cantos en honor al santo recibieron a la comitiva santantoniera y a la banda de música que puso los acordes que marcaron el inicio de la noche. El gesto del dimoni gros acercando el fuego a la leña indicó el inicio de la revetlla y de la quema de los foguerons, cuyas brasas no pararon de quemar hasta que el sol indicó que la noche había terminado.