«Quiero despedirme de todo el pueblo porque ésta es seguro la última vez en que os felicito oficialmente la Navidad. Las instituciones quedan y las personas pasan; yo no me he sentido más que una pequeña pieza». El alcalde de Alcúdia, Miquel Ferrer, inició con estas palabras ayer la tradicional felicitación de Navidad, en el marco de las fiestas de Sant Esteve, con las que el pueblo celebra la victoria de los alcudiencs sobre los agermanats el 26 de diciembre de 1523.
Ferrer, que dejará la Alcaldía en enero para dedicarse en exclusiva a su nuevo cargo de Conseller de Turisme, aprovechó el discurso navideño para agradecer a los alcudiencs toda la ayuda recibida y disculparse a la vez ante «todas aquellas personas a las que he podido fallar; ha sido sin mala intención», dijo.
La Festa de Sant Esteve tuvo ayer un carácter especial y es que se estrenan los Premis Sant Esteve que reconocen la trayectoria de la Congregación de las Hermanas Agustinas, a Mossèn Joan Darder y a Apolònia Ballester, por su labor destacada a favor de causas justas.