El Ajuntament de Calvià pretende privatizar por 50 años el servicio de suministro de agua potable del municipio que, en la actualidad, presta la empresa municipal Calvià 2.000. La cantidad inicial mínima para la adjudicación será de 15 millones de euros, a los que habrá que sumar 2'5 millones los cuatro primeros años y 1 millón del quinto al octavo año, además del 5 por ciento del agua facturada durante el resto del periodo de adjudicación. Así consta en el pliego de condiciones redactado por el Consistorio que se llevará al próximo pleno.
Sólo el PP de Carlos Delgado apoya esta privatización. Los operarios de Calvià 2000 ya están en 'pie de guerra'. Más de 200 trabajadores se reunieron ayer en asamblea en la sala Palmanova y acordaron iniciar una serie de movilizaciones en contra de esta medida. En este sentido, aprobaron un calendario de concentraciones delante de Ajuntament los próximos días 14, 17 y 23, éste último coincidiendo con la celebración de la sesión plenaria, a las 13 horas, en que se aprobará el pliego de condiciones dada la mayoría absoluta del grupo popular.
Además, el día 21, a las 17 horas, se pretende llevar ajo cabo una manifestación para la que los trabajadores hacen un llamamiento a todos los ciudadanos. Ésta partirá de la rotonda de entrada de Palmanova (donde se ha ubicado la bandera española), y de allí partirá hacía la avenida de la playa y seguirá por el paseo del mar.
Según el presidente del comité de empresa, Francisco Magdaleno, los argumentos que les ha dado el Ajuntament de que no se pueden pagar las nóminas sino se privatiza el servicio «no son ciertos; no nos lo creemos». Los trabajadores temen que una vez que Calvià 2.000 se desprenda del único servicio que les reporta beneficios, la empresa será económicamente inviable, con lo que consideran que sus puestos de trabajo peligran. De hecho, los representantes sindicales temen que sea un primer paso para una futura privatización de la empresa municipal.
La plantilla de Calvià 2.000 es de 310 personas que se incrementan en verano. La adjudicación del suministro de agua potable afecta a 17 operarios de forma directa. El alcalde propone que se reubiquen en otros puestos, pero aún así, en la empresa Calvià 2000 desconfían de estos planes.
La asamblea puso de manifiesto la crispación de los trabajadores por los planes del Ajuntament. Consideran que con la privatización se pretende «tapar el agujero negro del Ajuntament» y que supone el primer paso para comenzar a despedir a trabajadores.
La tensión es tal que incluso se planteó iniciar una huelga indefinida, aunque no se aprobó.
El inicio de las movilizaciones se aprobó por unanimidad. Todos los trabajadores estuvieron de acuerdo en hacer lo posible por frenar los planes de Delgado.