Un centenar largo de vecinos de Alaró rindieron ayer por la mañana un tierno pero también reivindicativo homenaje a las veinte personas represaliadas -asesinadas- por el franquismo en el municipio.
El homenaje se celebró en el cementerio, justo encima del osario donde permanecen depositados los restos del alcalde republicano de Mancor de la Vall y su hijo de 16 años, asesinados en la carretera de Tofla (que une Alaró con Lloseta) durante la guerra.
El acto constó de dos partes: los parlamentos, de tono reivindicativo, y la ofrenda floral. El primero en tomar la palabra fue Marçal Isern, portavoz del colectivo Alaró per a la Recuperació de la Memòria Històrica, quien recordó que muchos parientes de los represaliados «todavía no saben dónde están enterrados sus familiares». Isern lamentó que «se siga sin honorar a los precursores del actual Estado democrático» y se preguntó qué sucedería si se dispensara el mismo trato a las víctimas del terrorismo. «Lo que en Alemania es un delito aquí es normalidad democrática'», recordó.
También hablaron un nieto del alaroner represaliado Miquel Fiol y el murciano Florent Dimas, quien reprochó al gobierno de Zapatero que no haya sido «valiente» a la hora de redactar y aplicar la Ley de Memoria histórica.
El acto finalizó con una ofrenda floral ante la placa que hace cinco años se instaló en el cementerio y que recuerda el nombre y los apellidos de los veinte represaliados. Antònia Coll i Fanny Marí interpretaron una pieza de Händel que puso música al emotivo homenaje.