Este año la cosecha del arroz bomba, o el bombilla, de sa Pobla no ha sido de las mejores.
De lo mal que ha ido el cultivo, en algunas fincas, ni siquiera se ha recolectado, se le ha pasado la máquina freidora y los restos triturados se utilizan como abono.
Las causas de esta nefasta campaña hay que atribuirlas a las altísimas temperaturas registradas durante todo el mes de agosto. El arrozal es un cultivo que no puede soportar temperaturas de 40 ó 43 grados como las que se registraron durante el verano pasado.
Éste es un tipo de cultivo que necesita mucha agua de riego, siempre y cuando no se desarrolle en albuferas o zonas anegadas. Si la planta y la tierra están muy calientes, al entrar en contacto con el agua se produce tal efecto negativo que queda como si se hubiese hervido y esto es lo que pasó en muchas fincas de sa Pobla.
Gabriel Socias, un joven agricultor poblar que cada año suele sembrar una cuarteada de arroz en una de sus fincas explica que «no hemos recogido ni un grano de arroz, cuando otros años si todo iba bien recolectábamos unos 2.000. Menos mal que aún tenemos del año pasado y más o menos podremos atender a nuestros clientes. No hay que olvidar que el arroz guardado en su cáscara y en buenas condiciones puede conservarse aproximadamente unos siete años sin que sufra deterioro».
El cultivo del arroz en Mallorca y en concreto en la Albufera de Muro, empezó a principios del siglo XX y si antes fue significativo para la agricultura en Mallorca poco a poco fue abandonándose. En sa Pobla el 2007 se sembraron 40'58 hectáreas, el 2008 sólo 46'72 y este año 44'24.