El alcalde de Pollença, Joan Cerdà, y la regidora delegada del Port, Francisca Ramón, presentaron ayer el inicio de las obras de la señalización y reducción de velocidad en la primera línea del Moll. El proyecto prevé la instalación de seis badenes reductores de velocidad, cuatro en la entrada al paseo, en dirección a Alcúdia, y dos en la salida, en dirección a Formentor.
Las obras para instalar los reductores comenzaron ayer y finalizarán dentro de una semana. Cuentan con una subvención de 30.000 euros por parte del Consell de Mallorca.
Cerdà, que defendió la necesidad de las badenes, no descartó que la primera «en un futuro se cierre definitivamente al tráfico, aunque en estos momentos no es posible porque estamos pendientes de la redacción de un plan de movilidad por parte del Govern, de la construcción de unos aparcamientos y de un acuerdo con la Conselleria de Mobilitat para desviar los autobuses de línea por la ronda de circunvalación».
Cabe recordar que el 30 de septiembre del pasado año el Ajuntament ya cerró al tráfico la primera linea del Moll. En abril, sin embargo y después de una intensa polémica vecinal -se crearon plataformas a favor y en contra de la medida-, el Consistorio se echó atrás y reabrió el mencionado tramo a la circulación.
La delegada del Port y teniente alcalde del Ajuntament, Francisca Ramón, pidió ayer disculpas a los vecinos afectados por las obras, especialmente por el hecho de que se lleven a cabo en pleno mes de agosto.