CARMEN RUIZ DE GALARRETA
Un nuevo estudio encargado por la Conselleria de Mobilitat, en esta ocasión sobre la línea ferroviaria Manacor-Artà, recomienda un trazado en superficie de las vías a su paso por el casco urbano de la capital del Llevant. El conseller Gabriel Vicens planteará esta solución a pesar de una proposición no de ley aprobada en el Parlament por unanimidad de todas las formaciones políticas en la que se insta al soterramiento del tren en Manacor.
Los expertos, finalmente, consideran más viable no soterrar el tren por cuestiones técnicas y de movilidad. Y de presupuesto también. Soterrar el tren cuesta 44'5 millones, 3'5 veces más que si va en superficie (13'2 millones) y se puede disparar hasta 5 veces más. De hecho, esta línea no se ha proyectado como un tren convencional sino más bien como un tranvía (Tren-tram») con una velocidad inferior a los 50 kilómetros por hora en núcleos urbanos y de 100 kilómetros, en tramos interurbanos.
La única ventaja de soterrar el tren es que éste no interferiría en el tráfico y se podrían conservar los mismos usos del Passesig del Ferrocarril. Pero, por lo demás, todo son inconvenientes. El trazado soterrado -1'6 kilómetros- transcurría por debajo de una calzada del paseo, aunque por seguridad habrían de construirse dos vías ocupando una franja de terrenos de 25 metros de ancho. Además, se tendrían que construir al menos dos salidas de emergencia cada 500 metros e instalarse pozos de ventilación en el paseo. Esto implicaría la eliminación de todas las palmeras de un margen del paseo.
La ejecución de las obras sería muy complicada. La estación actual habría de trasladarse de manera provisional. Se ejecutaría en trinchera y habría que desviar todos los servicios, especialmente los colectores del torrente. Además, existiría el peligro de grietas y de asentamiento de las viviendas próximas. También habría problemas para que el Ministerio de Fomento lo financiara dado que las frecuencias del tren serán de media y de una hora.
El trazado en superficie presenta menos problemas, ya que transcurriría por la mediana del paseo (actual carril bici). Además, se proyectarían más apeaderos (hospital-auditorio y a la salida de la ciudad ) y en el futuro se podría evitar el transbordo del tren de Palma-Manacor al de Artà. El volumen de obras será bastante menor y no habrá riesgos de vibraciones ni hará falta trasladar la estación. Las obras, además, no interferirán en el tráfico. Y se podrán mantener la mayor parte de las palmeras.