El nuevo plan director sectorial de Carreteras impulsado por Unió Mallorqina, que el Consell de Mallorca pretende que esté completamente desplegado en 2024, parece haber abierto la caja de los truenos. La vicepresidenta del Consell, Joana Lluïsa Mascaró ha anunciado esta semana que su partido, el Partit Socialista de Mallorca (PSM), rechazará tanto la autovía que ha de conectar Llucmajor con Campos como la ampliación de la carretera que enlaza Manacor y Sant Llorenç.
Pero fuera del Consell la polémica no es tal. Sin entrar a analizar las desavenencias entre los socios de gobierno del Consell, los alcaldes de Manacor, Sant Llorenç, Campos y Llucmajor, consideran que «lo que es realmente necesario es mejorar estos pedazos de red viária, necesitamos eliminar puntos negros, y no quiero entrar a discutir si para eliminarlos se tiene que construir una autopista o simplemente mejorar la carretera que ya existe», aclara Guillem Ginard, el alcalde de Campos.
El alcalde de Llucmajor, Joan Jaume Mulet, considera también que la carretera que lleva a Campos y por la que tantos conductores circulan en verano es una «carretera problemática en la que es muy necesario mejorar la seguridad». Una afirmación con la que coincide Mateu Puigròs, el alcalde de Sant Llorenç, quién recuerda que «el estudio de seguridad en carreteras que presentó el Consell de Mallorca señala como un auténtico punto negro la carretera Manacor-Sant Llorenç».
Se prevé que el PSM, que votó con sus socios de gobierno en el Consell a favor del nuevo plan de carreteras y que rechaza el plan, presente numerosas las alegaciones durante la exposición pública del nuevo documento. Y es que durante su aprobación inicial el pasado 22 de diciembre, algunas voces ya advirtieron a Unió Mallorquina que el documento no había sido consensuado por todos los grupos que forman el gobierno del Consell. Unas alegaciones que también podrán presentar los ayuntamientos que lo consideren oportuno y que podrán ayudar a dar forma a un auténtico «plan de consenso».