Cala Blanca está libre de la amenaza de construcción y es la imagen de la campaña institucional con la que el Govern publicita su política territorial. Sin embargo, la cala está más sucia que nunca.
Lo último ha sido el vertido de escombros en la carretera de acceso a la Cala producido la semana pasada. Se tratan de residuos de construcción y restos de electrodomésticos. Además de estos desechos, el estado de la propia cala es lamentable: botellas de plástico por doquier y restos de excursiones y de fogatas. Dada su cercanía al Port d´Andratx, numerosas embarcaciones fondean en sus inmediaciones.
Aunque la situación se lleva produciendo varias semanas, se ha agravado en los últimos días y ha provocado quejas de los bañistas que acuden a la cala atraídos por el entorno natural. Desde el Ajuntament d´Andratx, el primer teniente de alcalde y concejal de Medio Ambiente, Gabriel Puigserver, anuncia que la Policía Local está investigando el origen de los residuos vertidos en la zona, aunque lo más probable es que provengan de una obra cercana.