Tras diecisiete reuniones, el equipo de gobierno y la Policía Local siguen sin acuerdo. Los agentes llevaron hasta el pleno municipal su protesta por los horarios de trabajo y siguen demandando que se cumpla el convenio firmado en abril de 2007 que marca que, por cada fin de semana trabajado en verano, librarán otro. Desde el Ajuntament, el teniente de alcalde Bartolome Bonafé, tilda de «inaceptables» las demandas policiales.
Los agentes entraron al inicio del pleno de ayer y se mantuvieron dentro de él en silencio, con dos tiras de esparadrapo en forma de aspa tapándoles la boca. Cuando había transcurrido media hora de sesión, abandonaron la sala en medio de una atronadora pitada que se mantuvo, desde fuera del salón hasta final de la sesión. Durante la sesión municipal no hubo más alusión al conflicto que un ruego del PSOE para pedir al equipo de gobierno una pronta solución.
La semana que viene se reproducirán las protestas de la policía, en principio, el martes. El lunes se mantendrá la primera reunión de la mesa de trabajo que analizará el resto de reivindicaciones. Los representantes policiales no esperan grandes avances. «Están haciendo buena a Margarita Nájera», asegura el representante de CC OO, Martín Morey.
El pleno, por otra parte, sirvió para aprobar de forma definitiva la ordenanza de construcción que delimita dónde se puede construir en verano. También dio visto bueno definitivo, con la oposición del PSOE, a las bonificaciones para familias numerosas en el agua y el alcantarillado. El PP rechazó ampliar las rebajas a un 40% como pedían los socialistas.
Entre los puntos más polémicos está una modificación de crédito para encargar a la fundación Calvià 2000 la redacción de una guía de comercio del municipio, en lugar de hacerlo desde el propio Ajuntament. Tanto PSOE como UM criticaron que de esta manera el trámite se hace más opaco. Los socialistas pidieron también una memoria con las actividades de la fundación y su gasto.