El posible impacto en suelo rústico de la nueva carretera que enlazaría Alcúdia con el Port de Pollença es una de las máximas preocupaciones en relación al proyecto que presentó ayer el jefe de Costas, Celestí Alomar, a los responsables de Carreteras del Consell y a los alcaldes de Alcúdia y de Pollença. El proyecto pretende desmantelar la carretera MA-2220 que conecta Alcúdia con el Port de Pollença para recuperar todo el paisaje de la primera línea marítima, eliminando así la barrera artificial que durante años ha separado el mar de la zona húmeda de la Albufereta y ganando nuevo espacio de la playa.
El alcalde de Alcúdia, Miquel Ferrer, aseguró que «todos hemos valorado la idea positivamente, aunque solicitamos que se concreten algunos puntos». Manifestó que «deben asegurarse buenos accesos para los vecinos de la zona, así como mejorar su calidad de vida».
Por su parte, el alcalde de Pollença, Joan Cerdà, manifestó que «a pesar de que la idea de recuperar la playa nos parece bien, nos preocupa el trazado alternativo y como afectaría al suelo rústico de Pollença». Asimismo, Cerdà explicó que también «preocupa el impacto que supondría para el comercio del Moll, ya que el trazado actual es rápido y relativamente corto y seguramente si se sustituye se tratará de una vía más larga».
Mientras tanto el jefe de Costas Celestí Alomar explicó que «hay que concretar algunas problemáticas y debemos realizar estudios sobre las alternativas». En este sentido señaló que «mientras que desde Costas nos encargaremos de los estudios de impacto social y económico, desde el departamento de Carreteras del Consell se estudiarán las posibilidades para la circulación de vehículos».
El conseller insular d'Obres Públiques Antoni Pascual manifestó que «se trata de un proyecto ambicioso, sin embargo debemos concretar las alternativas, especialmente en cuanto al tráfico». Pascual señaló que «se trata de una carretera muy transitada, especialmente en los meses de verano, por lo que debemos buscar una buena alternativa para el tráfico».