El rector de la iglesia Dels Dolos de Manacor, Andreu Genovart, ha aprovechado las páginas de la hoja parroquial para advertir y llamar la atención a los fieles que asisten a misa sobre la importancia de ciertos comportamientos en las celebraciones. El primer aspecto es la puntualidad. Genovart apunta que «todo el mundo sabe que las misas comienzan a la hora establecida, pero hay bastantes personas que llegan a la celebración una vez que ha comenzado». El párroco recuerda a los fieles que «si uno llega tarde a un concierto o a un partido de tenis de competición es privado de entrar en el local o en un recinto mientras de interpreta una pieza o se disputa un juego». Además, añade Genovart que «es de mal gusto y causa mal efecto, ver que algunos fieles -casi siempre los mismos- llegan una vez iniciada la celebración».
Asimismo y al igual que sucede en el cine o en otros lugares donde el silencio es ley, Genovart se ve obligado a reclamar a los fieles que apaguen los teléfonos móviles al entrar al templo.
Un hecho que también preocupa a Genovart es la ocupación de los primeros bancos de la iglesia. El rector dice que «no se puede generalizar pero en la mayoría de iglesias los tres o cuatro primeros bancos permanecen vacíos, hecho que produce mal efecto» y, además, «dificulta la creación de un clima cálido y de proximidad». Las consecuencias van más allá pues advierte que «a veces el sacerdote, a la hora de dar la paz a la gente, tiene que hacer una excursión para dar la mano a los más próximos».
Para cerrar su escrito, Genovart anima a los fieles a participar de forma más activa en los cantos y las respuestas en la misa: «Da la impresión de que están avergonzados».