Cientos de padres y alumnos del colegio Jaume III se concentraron ayer en el patio del centro escolar para expresar su profundo malestar por la «grave masificación» que padece la escuela. La comunidad escolar ha querido que la protesta coincidiese con la celebración de las Fires de Llucmajor para llamar la atención de las autoridades que hoy se encontrarán con las pancartas reivindicativas.
Y es que critican duramente que, en cinco años, el Ajuntament aún no se disponga de un solar ni la Conselleria d'Educació no haya realizado un proyecto de construcción del centro.
Ayer, en la concentración, los padres y alumnos colgaron numerosas pancartas en las que se podía leer «Escola Nova, ja» o «Quina vergonya de poble, sr. batle». Además, también quisieron hacer ruido con tambores.
El colegio realmente está masificado y para acoger a todos los niños ha sido necesario instalar aulas prefabricadas en el colegio. En total, este curso hay matriculados en el colegio 653 alumnos en una escuela con capacidad máxima para sólo 450, según el manifiesto que leyó el presidente de la Asociación de Padres de Alumnos (APA), Antoni Salvà, en la concentración de ayer. La escuela está diseñada para dos líneas, es decir, de dos grupos cada curso y, desde hace siete años, es una escuela de tres líneas. «El incremento de alumnos ha sido progresivo desde el curso 2000-2001, que había 460 alumnos. Y este curso se ha llegado al límite porque el número de alumnos por aula ya supera los máximos permitidos por ley que son 25 alumnos por aula», indicó Salvà.
De hecho, de los 26 grupos que hay en el colegio, 9 tienen 26 alumnos; 5, un total de 27 y uno con 28.
Esta masificación, a juicio de los padres, provoca una deficiente atención a los alumnos de Infantil, la baja calidad de la Educación Primaria y la saturación del comedor, además de la falta de espacio, problemas en la gestión de la escuela y colapso circulatorio durante las entradas y salidas.
En el manifiesto también se dejo constancia de que hace cinco años que Educació predijo esta situación y requirió un solar al Ajuntament para construir una nueva escuela. Ahora, ya dispone de uno, delante del parque de bomberos, pero es rústico y debe reclasificarse, de forma que aún pasará un tiempo hasta que el nuevo colegio sea una realidad. Por eso, los padres piden a las instituciones implicadas -Ajuntament, Consell y Govern- que agilicen los trámites.