La Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) del Colegio Público Mestre Guillemet de Santa Eugènia quiere que se retire la concesión del servicio de comedor a la empresa Serunion. «La comida no gusta a los niños y tenemos miedo de que se intoxiquen como ya ha pasado en varios lugares de la Península y Balears», según explicaron portavoces de la AMPA.
Esta empresa de catering obtuvo la concesión del comedor del colegio de Santa Eugènia el año pasado y se apuntaron 50 escolares. Dos semanas más tarde sólo quedaban 30 niños apuntados y este año solamente se inscribieron cuatro, de los que a día de hoy sólo queda uno. «La empresa se queja de que hay menos niños de los que se apuntaron, no entienden que a los niños no les gusta la comida», afirmaron los padres y madres.
Desde la AMPA explicaron que Serunion trae la comida congelada desde Barcelona cada viernes. Esta comida debe permanecer a una temperatura de dos a cuatro grados ya que, si la temperatura es mayor, hay riesgo de intoxicación. El problema es que la red eléctrica del colegio no está preparada para soportar la potencia que requieren los refrigeradores para conservar los alimentos y muchas veces salta el automático.
«Tenemos la necesidad de tener un comedor operativo para que los niños puedan comer en la escuela, pero no queremos esta comida. Propusimos a Serunion hace tres semanas que contrate un cocinero para que haga la comida en el colegio pero, todavía no hemos recibido respuesta. Nos sentimos impotentes porque el pueblo es pequeño y pasan de nosotros», explicaron desde la AMPA. Los portavoces de la asociación se reunieron con la Conselleria d'Educació para que retire la concesión a Serunion pero les respondieron que es la propia empresa la que tiene que renunciar. Por este motivo, están estudiando presentar una denuncia porque consideran que Serunion no cumple con el contrato, ya que actualmente, no se hace cargo del comedor porque sólo hay un niño. Además, también reivindican más participación de la Conselleria porque consideran que sus responsables están actuando con «pasividad» y son «poco efectivos».