LL.G. / M.J
El PP asumió ayer por primera vez su nuevo papel en la oposición municipal y el ex alcalde, Carlos Simarro, se estrenó como portavoz del grupo y reclamó al nuevo equipo de gobierno «más coherencia con las propuestas electorales», y que por lo tanto dejaran a los miembros de la oposición formar parte de los nuevos consejos de administración de las empresas públicas e institutos que se constituyeron durante la sesión.
La petición del PP, que motivó su voto contrario a un puro trámite como era la destitución de los consejos vigentes y nombramiento de los nuevos, provocó ya en el primer pleno de la legislatura un debate sobre la «conveniencia y demagogia» de esta postura de los populares que el equipo de gobierno calificó de un «milagroso cambio de actitud, porque hasta ahora el PP no creía en esta necesidad de participación de la oposición en los órganos de gobierno municipal».
Aún así el alcalde se comprometió a «modificar los estatutos de los institutos y empresas públicas para que la oposición pueda participar y dar su opinión en las decisiones que se tomen».
Los órganos que quedaron disueltos en este pleno son los correspondientes a la entidad empresarial de proyectos Sóller 2010 y los de los consejos rectores de los institutos municipales de Cultura, Deportes, Obras y Turismo, así como de la empresa funeraria municipal. En la anterior legislatura, la oposición (ahora equipo de gobierno) criticó su creación por considerar que era un mecanismo para eludir el control del pleno.
Una novedad de la sesión fue el numeroso público que asistió, lo que dio pie al alcalde Guillem Bernat a manifestar que este hecho «demuestra el interés de los ciudadanos en participar en la vida municipal» y que el nuevo horario de los plenos ordinarios -los primeros miércoles de cada dos meses a las ocho de la noche-, no hará más que facilitar esta participación. Aún así el Partido Popular votó en contra de este cambio de horario argumentando que «los plenos deberían de hacerse el viernes por la noche para facilitar todavía más la asistencia de público», aspecto que no comparte el pacto, que cree que la proximidad del fin de semana puede ser más bien un inconveniente.