PEDRO AGUILO MORA
La lucha por la Alcaldía de Calvià vuelve a presentarse apasionante. Según las encuestas que manejan tanto PSOE como PP la mayoría absoluta se tercia muy cara para ambas formaciones. UM puede volver a ser decisiva y el alcalde Carlos Delgado (PP) lo sabe, y bien. Es por ello que hará lo imposible para ganar la mayoría absoluta. Otro pacto de Delgado, que no del PP, con la formación nacionalista queda prácticamente descartado cuando éste ha dedicado más esfuerzos en estos últimos cuatro años en intentar aniquilar política y civilmente a su socio Isidre Cañellas (UM) que ha mirar por el bien común de todos los ciudadanos.
No obstante, pese a ser plenamente consciente de la imperiosidad de ganar por goleada, Delgado ha presentado una candidatura que podríamos calificar de perfil bajo, de la que ha borrado de un plumazo a pesos pesados como José Manuel Ruiz, Xavier Mas o Rafael Garau en beneficio de elementos más mediocres como Teresa Martorell, Bartomeu Bonafé o Kate Mentink. De esta manera, Delgado hace desaparecer de su entorno cualquier atisbo de crítica y se procura la absoluta sumisión del equipo hacia su persona.
Por su parte, el PSOE ha confeccionado una lista electoral que encabeza Antoni Manchado y que tampoco es para tirar cohetes. Sin embargo, muy mal deberían ir las cosas a los socialistas para obtener unos resultados peores a los de 2003. El objetivo del PSOE es sacar partido de la política preferencial de Delgado para sus amigos (véanse Nigorra, Pedersen, Barceló) pero, sobre todo, ilusionar y movilizar a los cientos de electores que en comicios anteriores les brindaron la mayoría absoluta y hace cuatro años no fueron a votar.