PEDRO AGUILO MORA
El PSOE de Calvià calificó ayer de «nuevo escándalo indecente» que el alcalde Carlos Delgado (PP) pague con dinero público almuerzos en un conocido restaurante del municipio a los extranjeros residentes en Calvià, «con la clara intención de conseguir su voto para las próximas elecciones generales» a celebrar el 27 de mayo. El secretario general de los socialistas calvianers, Francisco Cano, consideró un «insulto a la inteligencia» de los ciudadanos extranjeros el hecho de que Delgado crea que pagándoles una comida es suficiente para que éstos le voten en las elecciones. «Los residentes extranjeros son ciudadanos y ciudadanas de pleno de derecho de Calvià, tratarlos como si fueran tan poco inteligentes como para venderse por un suculento almuerzo, es un desprecio impresentable», afirmó Cano a través de un comunicado de prensa.
Asimismo, los socialistas se mostraron convencidos de que pagar esta «campaña electoral de almuerzos con dinero público es, además de éticamente reprobable, una clara ilegalidad». Por ello, el PSOE dio ayer mismo instrucciones a sus servicios jurídicos para que interpogan una denuncia contra esta iniciativa por «delito electoral». Finalmente, Francisco Cano exigió que Delgado y el PP de Calvià devuelvan a las arcas municipales hasta el último céntimo de estos almuerzos. «Los ciudadanos y ciudadanas de este municipio no tiene porqué pagar estas comidas electorales. Si Delgado quiere financiar almuerzos a los residentes extranjeros, perfecto, pero que los pague de su bolsillo. El dinero de nuestros impuestos no está para estas cosas», concluyó el secretario general de los socialistas.
Siguiendo al pie de la letra la 'hoja de ruta' gastronómica reproducida ayer por este diario, el alcalde Carlos Delgado (PP) almorzó ayer con un grupo de ciudadanos polacos y hoy lo hará con representantes de la colonia belga residente en Calvià. Delgado negó ayer en 'Radio Calvià' que las comidas tengan trasfondo electoralista alguno y expresó que sólo se interesa por los ciudadanos extranjeros que viven en un municipio que aglutina 102 nacionalidades diferentes. No obstante, lo que no explicó el alcalde es por qué sólo muestra su interés invitando a comer a ciudadanos europeos no españoles con derecho a voto y no lo hace de igual manera con ciudadanos eslavos o africanos.