À.HERNÀNDEZ
El president del Govern balear, Jaume Matas, hizo ayer la primera visita oficial a Santa Margalida a dos meses de las elecciones. La mañana fue todo un maratón, con una apretada agenda. No faltó ningún miembro del equipo de gobierno (PP-CPU). Matas tampoco estuvo sólo ya que desfilaron por la localidad el conseller de Turisme, Joan Flaquer; el conseller de Medi Ambient, Jaume Font; la consellera de Salut, Aina Castillo, y la vicepresidenta, Rosa Estaràs. Tampoco faltaron los nuevos candidatos a la alcaldía Martí Torres (PP) y Bernat Amengual (CPU) pero quien no se dejó ver fue la oposición, que desconocía la visita de Matas.
La comitiva visitó las obras de la Escola Vella, edificio que se convertirá en un centro cultural con un auditorio. Ya en Can Picafort, el conseller Jaume Font presentó la última fase de peatonalización del frente marítimo y se visitaron las obras del centro de salud, que estará listo en abril, y de la residencia. Para terminar, fueron a Son Real para conocer la mejora de los caminos.
Matas fue increpado sobre si la intención de la visita era «paliar la mala imagen de la Vila después de los escándalos destapados». Sobre un posible «lavado de cara», Matas dijo que «hemos venido a visitar obras importantes. Podemos estar aquí y rendir cuentas».