JOAN SOCIES
Los «puntos verdes» que no están controlados o vigilados y los contenedores de foravila se han convertido, sin duda, en un auténtico dolor de cabeza por los ayuntamientos. En la mayoría de éstos no hay día que no se viertan, sin control, cualquier tipo de desechos. De hecho, la mayoría de ayuntamientos ya no saben qué hacer con estos «puntos marrones», como se los denomina. Los alcaldes coinciden en señalar que envían las brigadas para limpiarlos, «pero dos días después vuelve estar igual».
La mayoría de ayuntamientos han tenido que instalar cámaras o vigilantes para controlar los «puntos verdes» de los pueblos y, de este modo, ayudar a los ciudadanos a verter los residuos en los contenedores correspondientes. Pero es en los «puntos verdes» dónde no hay ningún tipo de control es donde siempre se acumulan grandes cantidades de desechos. Hace unos meses, en estas mismas páginas denunciábamos la acumulación de basuras en el «punto verde» de Pina.
El alcalde de Algaida mostraba su impotencia, puesto que «lo limpiamos por la tarde y al día siguiente por la mañana a primera hora ya vuelve a estar igual».