A. HERNÀNDEZ
El Ajuntament de Muro aprobó el pasado jueves la demolición de tres obras ilegales en un pleno cargado de crispación, discusiones estériles y reproches que rozaban lo personal.
Siguiendo con la resolución de expedientes para frenar las obras ilegales, el pleno aprobó multa y demolición de una vivienda en suelo rústico de 104 metros cuadrados, una ampliación en suelo rústico de 27 metros cuadrados y de una modificación de una fachada en el casco urbano.
También se aprobó prorrogar el contrato al concesionario de la recogida de la basura a sólo tres días de que caduque «porqué la redacción del nuevo pliego de condiciones es complicado ya que queremos introducir la recogida selectiva», explicó el alcalde, Pere A. Amengual (PSOE).
Desde la oposición, el regidor Onofre Plomer (PP) aprovechó el turno de ruegos y preguntas para denunciar sobre todo «la falta de limpieza de las calles, los excesivos gastos del equipo de gobierno y la falta de rigor a la hora de pagar facturas, ya que se paga sin saber qué se paga». También acusó al alcalde de gestionar el traslado de las antenas «en función de intereses privados y a Ramon Quetgles (Entesa) de «colocar a sus amigos».