Muchos vecinos de las calles Solleric y Pontarró de Alaró asistieron el pasado jueves por la noche al pleno municipal para hacer llegar a los políticos sus quejas por el mal estado de las vías y su alcantarillado. Cabe recordar que estas dos vías fueron las principales afectadas por la tromba de agua que azotó al pueblo el martes de la semana pasada cuando cayeron más de 110 litros por metro cuadrado en una hora. Los afectados pidieron al pleno soluciones inmediatas porque «la situación que vivimos fue dramática, la calle Solleric parecía un torrente y ahora estamos muy preocupados porque no sabemos que pasará cuando vuelva a llover», dijo uno de los vecinos, a lo que otra afectada añadió que «estamos hablando de la seguridad de nuestras vidas». Cabe recordar que durante la tormenta de la semana pasada falleció una mujer que, precisamente, vivía en la calle Solleric.
A estas peticiones contestó el regidor de Urbanismo, Antoni Rebassa: «La semana pasada vino un ingeniero del Consell que estudió la confluencia de las aguas y está redactando un proyecto para solucionar el problema, aunque cabe destacar que dentro del proyecto de pluviales hay preferencia de las calles Solleric y Pontarró». Aún así, los vecinos no se conformaron con la respuesta y pidieron más exactitud en la contestación. «Queremos saber si desde el Ajuntament está previsto hacer actuaciones y si se realizarán a largo o a corto plazo, porque el agua en la calle Pontarró llegó hasta el metro y medio», dijo un afectado.
Por su parte, el alcalde, Miquel Deyà, explicó que «la única vía de subvención que tenemos para estas obras es el Pla d'Obres i Serveis (POS) del Consell porque estamos hablando de unas obras que pueden costar unos 3.606.000 euros con lo que el Ajuntament es imposible que las pueda asumir». El plazo para presentar proyectos en el POS termina el 2 de octubre por lo que el alcalde consideró inviable que el proyecto de mejora de las pluviales pueda estar listo dentro de los plazos, aunque Rebassa aseguró que «estamos estudiando realizar actuaciones puntuales». Aún así, los vecinos no se conformaron con las respuestas y, algunos de ellos, abandonaron indignados la sala de plenos.