PAULA GIRART
Entre el cielo azul y la arena blanca algo se movía en la playa. Eran las famosas vacas de Cala Varques.
Ahora, después de muchos años de su presencia en la cala, el campesino propietario ha decidido que las vacas ya se han acalorado suficiente. Según declaraba, «estos animales padecían mala alimentación y sólo querían comer sandía». Se han terminado las vacaciones para estos animales que tendrán que reacostumbrarse a comer forraje, vagar por los campos sin arena y tumbarse a la sombra.
De todas formas, no sólo se habían convertido en estar system de una de las playas más paradisiacas de Manacor, también habían despertado polémicas. La Demarcació de Costes había denunciado su presencia y los visitantes se quejaban, ya que se encontraban que «las quelitas habían desaparecido y, además, habían dejado sobre la toalla un buen regalo fisiológico». Por contra, otros usuarios habituales de la playa opinan que se va a añorar la presencia de las vacas que daban un toque exótico y salvaje a la playa, además de ser típicas del lugar.
Finalmente, la estampa de las vacas en Cala Varques no volverá a repetirse.