JUAN POYATOS
La Guardia Civil localizó ayer cerca del Port de Sóller los cadáveres de dos jóvenes cachalotes enredados entre los restos de una red. Unos días antes unos pescadores ya advirtieron a las autoridades de la presencia de los dos cachalotes, a la deriva en la costa noroeste de Mallorca. Ayer a media mañana una patrulla de los GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas) de la Guardia Civil localizó finalmente a los dos animales muertos en una pequeña cala, justo debajo de la Torre Picada, a sólo una milla de la bocana del Port de Sóller.
Según explicaron los técnicos de Marineland que acompañaban a los agentes de la Benemérita, se trataba de dos cachalotes muy jóvenes, uno de ellos una cría casi recién nacida, que debieron morir ahogados o agotados al enredarse con una red de las llamadas de deriva.
Las redes de deriva son artes utilizadas en aguas internacionales próximas a Balears para la pesca del atún rojo. En este tipo de arte, prohibido en muchos países, se enredan y mueren también delfines, tortugas, cachalotes o ballenas. Las redes miden en muchos casos varios kilómetros y se colocan flotando a modo de barrera en las zonas de migración de los atunes. Desafortunadamente, estas zonas de paso de los túnidos que vienen del Atlántico son también los lugares habituales de pesca de cachalotes o rorcuales comunes.