MARTA MEDRANO
Miquel Morell ha contado los árboles que las máquinas de la constructora que arregla el torrente del Rafal, en Maria de la Salut, le ha arrancado. Dieciséis en total a los que hay que sumar los que se han muerto por las piedras que los han cubierto durante meses. «Tenía castaños, perales, ciruelos..., de todo», dice consternado.
A todo esto se añade un tramo sembrado de alcachoferas, dos caminos abiertos en medio de su finca, montañas de tierra y un aljibe lleno de cemento donde la constructora, asegura, ha «aprovechado incluso para limpiar las hormigoneras». «Y todo esto sin contar con ningún permiso», añade.
A pesar de todas estos destrozos, Miquel Morell ha logrado llegar a un acuerdo con la Conselleria de Medi Ambient y con la constructora que lleva a cabo las obras. Así, el lunes Miquel se reunirá con los responsables del proyecto que le han ofrecido más de 3.000 euros y arreglarle también los daños que han sufrido sus propiedades.
«Al principio sólo me ofrecieron 600 euros y estaba dispuesto a demandar incluso al Govern pero ahora me han prometido 3.000 euros y creo que llegaremos a un acuerdo», dijo.