M. NADAL
Hace tres semanas que empezó el escándalo en Sineu por el posible
desfalco en las arcas municipales. Al principio sólo eran rumores
que corrían por el pueblo, pero pronto los políticos explicaron lo
sucedido. El regidor de Hacienda, Guillem Fuster, empezó a notar en
septiembre pasado movimientos irregulares en la cuenta municipal
del Crèdit Balear en la que se ingresaba el dinero de la caja del
Ajuntament. En noviembre, el equipo de gobierno encargó una
auditoría para que se investigase cómo había desaparecido dinero
público desde 1999.
Los esperados resultados se supieron hace dos semanas cuando el alcalde, Josep Oliver (PP), y el regidor de Hacienda, acompañados por el secretario accidental del Ajuntament, Dámaso Ibáñez, ofrecieron una asamblea al pueblo en la que se hizo pública la cifra del agujero. Habían desaparecido 507.663,47 euros. Desde el primer momento se apuntó a la funcionaria encargada de la recaudación de tributos, Martina G., como la presunta autora del desfalco, aunque ella nunca quiso hacer declaraciones.
Las noticias sobre el caso del posible desfalco no han parado. Así, se ha sabido que la funcionaria, Martina G., posee un millonario patrimonio repartido entre la localidad de Sineu, con 18 propiedades, Palma y Granada. Además, la presunta autora del delito también tiene muchos negocios en marcha en el pueblo dedicados básicamente a la restauración, como es eceller de Can Font, del que posee parte del negocio. Asimismo tiene una empresa dedicada a la actividad inmobiliaria. Durante algún tiempo, el ex alcalde Josep Oliver, de Unió Mallorquina, participó en algunos de estos negocios.