El concejal socialista Josep Silva se despidió ayer de la política local en el que fue su último pleno como miembro del Consistorio artanenc. Silva presentó anteayer su dimisión alegando que no quería «hacer sombra a la alcaldesa Maria Francesca Servera», de cara a las elecciones municipales de mayo de 2007. Durante su parlamento, Silva agradeció a todos los asistentes los momentos vividos como concejal del Ajuntament de Artà, deseando «aciertos y mucha suerte» a Servera y al equipo del PSOE, ya que «la capacidad les sobra. Artà se merece esto y mucho más».
Y llegó el turno de las buenas consideraciones hacia su persona. Desde UIA, Margalida Tous, afirmó que «nos hubiese gustado que tu despedida hubiera sido de otra manera porque fuiste el candidato del PSOE. No entendemos ciertas resoluciones». Desde las filas del PP, Bartomeu Palmer le deseó buena suerte «en tu nueva etapa. Aquí tienes un amigo», mientras que Rafel Gili (UM) recordó «los 17 meses intensos que hemos trabajado juntos dándome siempre apoyo siendo yo alcalde, estando a mi lado. Lo lamento. Que tengas mucha suerte». La alcaldesa Maria Francesca Servera, con lágrimas en los ojos, se despidió de su compañero de partido «que ha sido el responsable de que yo ahora sea alcaldesa. El Ajuntament siempre será tu casa».
El momento más esperado fueron las palabras de Júlen Adrián (EU-EV), con el que Silva tuvo sus enfrentamientos más críticos como compañeros de pacto de gobierno. Adrián le agradeció su dedicación y le deseó «suerte». Como era de esperar, ninguna palabra hacia su persona. Hasta el último momento las malas relaciones entre los dos se vivieron hasta el último momento. Adrián fue el responsable de que Silva no accediera a la Alcaldía al amenazar este concejal con romper el pacto si Silva era el candidato del PSOE y sustituir a Gili según el acuerdo del tripartito.
Con todo, el pleno aprobó las retribuciones de la alcaldesa y de Gili con dedicación parcial y exclusiva, respectivamente, con el pago de 2.159 euros brutos mensuales en 14 pagas.