J.S.
Con un sol radiante y un aire invernal, centenares de campaners se
acercaron hasta el oratorio de Sant Blai para bendecir los panets
de Sant Blai o ponerse el aceite curativo. Y es que tanto en Campos
como en toda la Part Forana, el santo es venerado especialmente por
enfermos con dolores relacionados con el cuello. Pero sin ningún
lugar a dudas son los campaners los que hacen de Sant Blai una gran
fiesta y van en romería «sense fum», como le vienen llamando desde
hace unos años hasta el oratorio que tienen en medio de la llanura
call vermellenca, que les refuerza su identidad como pueblo.
La jornada empezó en el pueblo con la romería hacia el oratorio en bicicleta o a pie. Una vez allí, el Ajuntament ofreció coca para todos. A las once, tuvo lugar un misa en los jardines del recinto y una paella multitudinaria al mediodía y juegos infantiles, en las inmediaciones del oratorio, que sirvieron a los campaners para celebrar su particular devoción a Sant Blai.