LL.GARCIA
El Museo Industrial y Textil fue la ilusión de un grupo de personas
que querían impulsarlo y consiguieron que el Ajuntament de Sóller y
el Govern Balear se comprometieran, durante la anterior
legislatura, a aportar una cantidad inicial de unos 600.000 euros,
recibidos a través de un proyecto de la Unión Europea, para una
primera actuación en el edificio. Tenía que convertirse en el
primer museo de la industria de Mallorca.
Recordar que parte de la financiación de reforma y equipamiento del edificio tenía que provenir de la Ecotasa, pero finalmente este impuesto fue derogado por el Govern Matas. Más de cuatro años después de atarse las actuaciones y presentarse públicamente un primer proyecto, y después de que el Patronato se hubiera constituido ahora hace un año, este órgano que tiene como finalidad desarrollar el proyecto museístico y cultural no ha dado absolutamente ningún paso. Mientras tanto el edificio continua degradándose y podrían haberse incumplido las condiciones de la hija ilustre de Sóller, Adela Oliver, que dejó el edificio a partes iguales a sus herederos y al Ajuntament de Sóller para que lo aportaron al patronato una vez se hubiera constituido.
Uno de los problemas surgidos es la «inexistencia» de los 600.000 euros que en teoría tenía que poner el Govern y que parece que ya estaban presupuestados.
Fuentes consultadas afirman que ya durante la constitución del patronato, que fue a puerta cerrada, los representantes del Govern Balear afirmaron que no disponían de este presupuesto, con lo que, a estas alturas ni el Ajuntament ni la familia Oliver ha hecho cesión de su parte a la Fundación.
El museo tenía que acoger también la colección de indumentaria formada por Aires Sollerics y una muestra de la arqueología industrial conservada en la Vall especialmente para este proyecto.