Tras varios años de tramitación y medio año subsanando deficiencias técnicas el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Inca recibió ayer el visto bueno del Consell gracias a los votos del PP y Unió Mallorquina.
El nuevo plan, que substituye al anterior vigente desde 1987, autoriza un crecimiento nuevo en suelo urbano de 38 hectáreas y un techo poblacional máximo para los próximos diez años de 45.000 habitantes. «Este documento desbloquea temas importantes para el crecimiento de Inca como son la ubicación de la nueva escuela o del centro de salud, que se podrán empezar a construir, el tercer polígono o la ronda norte, que, en principio, será una vía de dos carriles con una pantalla acústica de cinco metros», explicó el concejal de Urbanismo, Bartomeu Seguí, que además, se comprometió a adaptar el PGOU al Plan Territorial antes de que finalice el año y lamentó la actitud de la oposición. «La aprobación del PGOU supone un fracaso en todos los intentos que ha hecho la oposición porque no saliera adelante. Les doy el pésame y les insto a que hagan una reflexión y piensen en los intereses de todos los ciudadanos de Inca y no sólo en los de sus partidos», añadió.
Mandrava
Entre otras cosas, el PGOU, permite legalizar las Viviendas de
Protección Oficial de la calle Mandrava, que se han empezado a
construir en una zona verde y convierte en suelo urbano los
terrenos de Mainca y de Yanko, hasta ahora rústicos. Respecto a
estos dos temas el portavoz del PSM en el Consell, Antoni Alorda,
fue crítico. «Creo que la conversión de terrenos que están en suelo
rústico en urbanos con informes técnicos en contra, como es el caso
de la antigua fábrica de Yanko, sientan un precedente muy grave en
el Consell.
También es preocupante que se legalicen las viviendas de Mandrava. Este PGOU está en la frontera de la legalidad», concluyó Alorda.
El PSOE, EU-Els Verds y el PSM votaron ayer en contra de la aprobación de este documento. Cabe recordar que el pasado mes de agosto PSOE, PSM e EU-EV presentaron 32 alegaciones contra este Plan y criticaron especialmente la falta de las zonas verdes míminas y su ubicación en puntos alejados del núcleo urbano como Santa Magdalena, el excesivo crecimiento de suelo urbano y la falta de previsión con temas como la ronda norte cuyo trazado no aparecía en el PGOU presentado inicialmente.