Un total de setenta y seis adultos y 40 niños dieron emoción y espectáculo al concurso de «trepitjadors de raïm» de Binissalem con el que la localidad da el pistoletazo de salida a las fiestas del Vermar que culminan el próximo fin de semana. En menos de dos horas los pies de los concursantes, agrupados en equipos de cuatro personas, intentan sacar el máximo de jugo de mosto de 1.500 kilos de uva recogida en la comarca con el que cada año se elabora un vino, que si no se pica puede beberse en las fiestas del año siguiente.
La competición en la categoría de niños de hasta 15 años dio comienzo a una fiesta en la que hay que respetar escrupulosamente las reglas. Así, en sólo dos minutos y medio un equipo de cuatro personas se encarga por parejas de pisar uva dentro de la cuba y de verterla en una cubeta que, cuando el tiempo ha terminado, los organizadores deben medir con regla para determinar quién ha logrado extraer más mosto. Este año el primer premio de la categoría infantil, dotado con 120 euros, fue a parar al grupo de Xisca Amer, Victòria Vidal, Adela Villalonga y Patricia Herrera, que ya había ganado en una edición anterior.
En la categoría de adultos la novedad la puso la figura de Dionisos, el dios del vino, que se encargó de repartir moscatel entre los participantes para «darles fuerzas» en una competición muy reñida. La gran participación de esta edición, que ya es la octava, obligó a repartir a los concursantes en dos turnos. En seis minutos los 19 grupos que participaron se encargan por parejas de pisar la uva y de extraer el mosto de la cuba, una tarea que tampoco es fácil y que, en el último minuto provoca más de una carrera con tal de dejar el máximo de mosto en la cubeta.