La gran variedad de diferentes razas de animales centró la Fira d'Artà que contó con una gran asistencia de público, más de 10.000 personas, a parte de una excepcional respuesta de los expositores que fueron alrededor de 170. A pesar de la amenaza de lluvia con la presencia de nubes negras, el tiempo no desanimó a los visitantes y acompañó el evento. Las calles de la localidad eran auténticos ríos de gente. Y hubo para todos los gustos.
A las 10 de la mañana se inició la fira con la exposición de antigüedades en el mercado cubierto de sa Central junto con una muestra del arte del bonsai. Pero la atención la acapararon los animales. Por una parte, los jardines del Collet acogieron los cans de bestiar, una muestra de palomos mensajeros del Club Colombòfil d'Artà, además de canarios y animales exóticos. En los mismos jardines se pudo observar también un espléndido lago artificial con una gran variedad de anátidos. También estuvo presente el arte de la falconeria.
En la Gran Via se concentraron la mayor parte del ganado. Etoca-toca fue un éxito rotundo ya que los más pequeños, dentro de un recinto, pudieron tocar conejos, gallinas, cerditos y cabritos. En la misma vía, se pudieron observar cabras horadas mallorquinas y grandes corredores como avestruces, emúes y ñandúes.