Vuelta a empezar. La crisis pacto de gobierno de Calvià no está cerrada ni mucho menos. Todo lo contrario. Ayer, en quince minutos Partido Popular (PP) y Unió Mallorquina (UM) de Calvià dejaron claras sus posturas, totalmente opuestas. Oficialmente el pacto de gobierno no está roto, pero sí las negociaciones para encauzarlo. Carlos Delgado, alcalde popular de Calvià, comunicó ayer a Isidre Cañellas, líder del UM en el municipio, que tanto la junta local del PP como el grupo municipal no aceptan la exigencia de UM de consensuar todos y cada uno de temas municipales que se eleven a pleno. Dicho de otro modo, el Partido Popular no renuncia a servirse del voto de Joan Thomàs para sacar adelante propuestas que no cuenten con el apoyo de UM. «Entendemos», indicó Delgado, «que el voto del señor Thomàs es constitucionalmente tan legítimo como el del señor Manchado, el del señor Cañellas o el mio. No tenemos la culpa de que Thomàs en estos momentos no esté en UM. Él es propietario de su acta de concejal y tiene derecho a voto como cualquier concejal».
Con esta decisión, Delgado continúa manteniendo un pulso con Jaume Matas, presidente del PP balear, quien hace pocos días dejó clara la postura del comité ejecutivo regional popular de mantener el pacto con los nacionalistas. El alcalde, sin embargo, no lo ve así: «A mí, ni el secretario general ni el presidente del PP me han dicho que tenga que hacer lo contrario a lo que estoy haciendo. Creo que me han dado libertad para la negociación». Así, Delgado criticó las declaraciones del portavoz popular del Consell, Fernando Rubio, quien el jueves abogaba por consensuar los acuerdos de gobierno entre PP y UM de Calvià. «Me ha llamado la atención que diga lo que se va a hacer en Calvià. Él puede hablar de las cosas del Consell», subrayó.
Según expuso Delgado, el punto de discrepancia entre PP y UM es «más de forma que de fondo porque siempre hemos estado prácticamente de acuerdo en todo». Aseguró que también planteó a Isidre Cañellas una «segunda instancia» en la que varias personas de ambos partidos negociasen las propuestas en caso de desacuerdo. Pero, para UM, es condición indispensable e irrenunciable para mantener el pacto que el PP no pueda utilizar el voto del tránsfuga según su conveniencia. «Consideramos que PP y UM deben respetar los resultados electorales, la voluntad de los ciudadanos que en las últimas elecciones dijeron que no querían mayorías absolutas y que todos los puntos se aprobasen con el consenso de ambas partes», dijo. Cañellas no dio por roto el pacto de gobierno, pero sí reconoció que «es muy complicado seguir en un equipo de gobierno en que nosotros estemos casi de mera comparsa». En cualquier caso, se convocará a la junta local del municipio para tomar una decisión.