Operarios de la empresa Dragados retomaron ayer por la mañana los trabajos para el derribo del edificio del mercado cubierto de Inca después de un «parón» de dos semanas. Esta primera fase del proyecto empezó el pasado día 8 de agosto y estaba previsto que durase cuatro semanas, con el objetivo de que no coincidiese con el inicio del curso escolar y la reactivación comercial de la zona.
La paralización de las obras durante estas dos semanas sorprendió a vecinos y comerciantes, por lo que el pasado miércoles se reunieron con el teniente de alcalde de Urbanismo, Bartomeu Seguí, para conocer los motivos del retraso. Seguí dijo ayer a este diario que les explicó que el «parón» se ha producido «porque GESA ha tenido que construir un transformador provisional que sustituya al que había dentro del edificio, y los trabajos de derribo se han tenido que parar hasta que se acabase de hacer el transformador». La construcción de este transformador provisional, ubicado en el mismo recinto de las obras, estaba previsto desde antes del inicio de las obras.
El teniente de alcalde de Urbanismo, Bartomeu Seguí, restó ayer importancia a este retraso. «A principios de la próxima semana habrá acabado el derribo, después se procederá a quitar todos los escombros y en el mismo mes de septiembre se empezarán a instalar las pantallas de hormigón para excavar el terreno», dijo.
Seguí negó rotundamente las informaciones de fuentes cercanas a la obra sobre otros problemas de ejecución que habrían surgido por la dificultad del proyecto, y que recogió este diario el pasado domingo. «Son invenciones de la oposición, sin contrastar, que lo único que hacen es liar a la gente y provocar alarmismo. Ni la empresa ni el ayuntamiento tenemos constancia de nada», dijo.