A. BASSA/J.M.SASTRE
Una plaga de pulgas ha obligado al Ajuntament d'Artà a cerrar las
dependencias de la Policía Local ubicadas en el edificio de Can
Solivelles. Ayer los trabajadores, después de reiteradas quejas
acerca del mal estado de la finca, expusieron el problema al
alcalde Rafel Gili (UM), que ordenó que se llevaran a término una
serie de medidas para solventar esta situación creada, según apuntó
el primer edil, por una familia de gatos que ha hecho del inmueble
su hogar.
La administrativa se personó ayer en el Ajuntament comentando que esta situación era inaguantable, ya que había pulgas por todos lados. Ante esta preocupación se decidió clausurar el edificio y Gili aseguró que ya habían tomado cartas en el asunto y que en un plazo de 24 horas podría volver a utilizarse estas dependencias.
«Hemos visitado a la perito agrícola de la cooperativa para ver como se podían eliminar las pulgas. Hemos puesto una sustancia y en un día habrán desaparecido».
El edificio municipal además alberga el archivo y las oficinas de algún partido municipal. Can Solivelles fue adquirido hace unos años por el Consistorio y necesita, según manifestó el alcalde una intervención ya que se encuentra en malas condiciones.
De hecho, el equipo de gobierno tiene la intención de trasladar las dependencias de la Policía Local. Se ha planteado la posibilidad de ubicarlas en el edificio del Pes a finales de año.