P. AGUILO MORA / J. ROSSELLO
Dos meses antes de abandonar las filas del comité local de Unió
Mallorquina (UM) en Calvià y protagonizar el mayor escándalo
político de la presente legislatura, el concejal tránsfuga Joan
Thomàs no se mostraba partidario de aprobar la recepción municipal
de las dos macro urbanizaciones que la familia Nigorra posee en
Santa Ponça que a la postre se han convertido en el epicentro del
seismo que ha resquebrajado los cimientos del pacto PP-UM. Así lo
atestigua el acta número 25 correspondiente a la reunión ordinaria
del comité local de UM en Calvià celebrada el pasado 24 de mayo en
la sede de la calle can Vich.
En el transcurso de esa reunión, despachada 66 días antes de que en el polémico pleno del 29 de julio el voto tránsfuga de Thomàs permitiese al alcalde Carlos Delgado (PP) recepcionarle a Juan Nigorra Cobián Nova Santa Ponça y Santa Ponça Golf, el díscolo concejal todavía empotrado en las filas UM y responsable de las áreas de Manteniment, Vies i Obres, Medi Ambient y Noves Tecnologies afirmaba ver «muy poco probable» la incorporación de las dos urbanizaciones en el tejido urbano de Calvià porque, según Thomàs, se trataba de un tema «espinoso y conflictivo».
Estas explicaciones al comité local se produjeron después de que Delgado se comprometiese ante hoteleros y vecinos de Santa Ponça a recepcionar las urbanizaciones de la familia Nigorra «en el pleno de julio».
No obstante, la negativa de Joan Thomàs a recepcionar las urbanizaciones de la familia Nigorra venía ya de atrás tal como demuestra el acta número 15 de la reunión extraordinaria del comité local de UM en Calvià oficiada el 14 de septiembre de 2004. En el discurrir de la misma se trató de forma tangencial la recepción de las urbanizaciones propiedad de la familia Nigorra y Thomàs manifestó a los que entonces eran sus compañeros de partido que el Ajuntament estaba «a años luz de llegar a un acuerdo» con los terratenientes.