M.PINYA/ C.VENY
La gran complejidad de las obras del centro de visitantes del Parc
Nacional Marítim de Cabrera en la Colònia de Sant Jordi provoca que
el Ministerio de Medio Ambiente tenga que sumar 7 millones de euros
a los más de 10 millones que contemplaba el presupuesto inicial. La
construcción de este centro se ha visto tremendamente afectada por
las complicaciones que causó la proximidad del mar y de la
composición geológica sobre la que se edificaba. Las faenas para
superar las filtraciones de agua marina a través de la caliza
provocaron una demora en las previsiones de apertura del centro de
un año.
Las previsiones iniciales establecían la inauguración para el próximo mes de octubre, no obstante, se pretende que el centro no abra sus puertas hasta el octubre de 2006. Este extremo fue confirmado por la jefe de obras de la empresa Tragsa, Beni Guijarro.
El edificio, con una superficie de 2.800 metros cuadrados, se articulará a partir de cuatro grandes acuarios y otros quince de pequeñas dimensiones. Estos tanques acogerán las especies de flora y fauna que habitan el medio marino de Cabrera.
El propósito principal del centro de visitantes es enseñar al público qué es un Parque Nacional, por esta razón, el interior del edificio estará ambientado con la intención de simular el medio marino y terrestre de Cabrera. Así, el visitante accederá al edificio a través de una rampa descendiente que pasa por debajo de un estanque y un rompeolas «provocándole la sensación que se está sumergiendo en el agua», según Guijarro. Las paredes laterales, revestidas de roca y los acuarios, se encargarán de incrementar la sensación de inmersión.
A partir del medio marino, el público podrá acceder al edificio troncocónico destinado al medio terrestre a través de dos ascensores cilíndricos de cristal sumergidos en dos acuarios. La estructura de este edificio imita la de los talaiots y está pensado para alojar una sala de audiovisuales, una sala destinada a la vegetación y fauna terrestre y un mirador.