En pleno siglo XXI en que la protección de los parajes naturales se ha convertido en uno de los máximos objetivos tanto de las instituciones como de los propios ciudadanos de las Isla, aún se siguen cometiendo auténticas barbaridades urbanísticas de difícil explicación. En octubre de 2004, el Consell de Mallorca ordenó la paralización de una obra sin autorización ejecutada en un porxo tradicional de un olivar en el Barranc de Biniaraix, uno de los enclaves más espectaculares de la Isla. El propietario aumentó la superficie construida y añadió un piso, construyendo una vivienda de 94 metros cuadrados. El Barranc de Biniaraix goza de la consideración de Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Monumento y forma parte del municipio de Sóller declarado Paraje Pintoresco. Además, en la Ley de Espacios Naturales (LEN) este paraje está calificado como Àrea Natural de Especial Interés de Alto Nivel de Protección (AANP). Esto quiere decir que las restricciones a la hora de hacer obras son extremas y que cualquier proyecto por mínimo que sea debe ser estudiado de la Comissió de Patrimoni Històric de Mallorca. El promotor de la obra obvió este trámite y por su cuenta y riesgo inició la construcción de un nuevo piso en eporxo.
La voz de alarma la dieron los numerosos excursionistas que diariamente realizan este itinerario y los vecinos de la zona que se percataron del transporte del material, estropeando el antiguo camino restaurado. Ahora, el Consell de Mallorca, según ha podido saber este diario, prepara una sanción ejemplar a la infracción urbanística cometida en el Barranc de Biniaraix. El infractor deberá hacer frente a una multa que oscilará entre 60.101'22 euros como mínimo y 150.253, 03 como máximo (10 y 25 millones de las antiguas pesetas). Y, además, habrá de proceder al derribo del nuevo piso, así como a la reposición de la edificación alterada.
La resolución deberá ser aprobada por el pleno del Consell Insular de Mallorca y se tendrá que hacer efectiva en un plazo de tres meses tras la notificación. En las inspecciones realizadas en su día se constataron daños en el camino de Can Fenasset. Se retiraron una serie de escalones de piedra para facilitar el paso de una carretera mecánica que transportaba los materiales de obra. En eporxo se llevó a término una sustancial intervención. Estas antiguas construcciones características en el Vall de Sóller tienen una superficie aproximada de 24 metros cuadrados. El promotor de la obra realizó una ampliación tres veces superior a la que ya existía (de unos 70 metros cuadrados), de tal forma que la superficie total construida era de 94 metros cuadrados para una vivienda de dimensiones considerables. Las obras no son legalizables de ninguna manera, ya que la Ley de Espacios Naturales no permite aumentos de volumen en las áreas de alto nivel de protección y, además, las nuevas edificaciones con uso de vivienda están totalmente prohibidas en las zonas protegidas.